Justyna Kisielewicz: el arte como crítica y provocación

30 de julio 2025

Justyna Kisielewicz: el arte como crítica y provocación

La artista polaca Justyna Kisielewicz, radicada en Miami, presenta Living Space, su primera exposición individual en La Cometa; una muestra donde el color, la sátira y el simbolismo conviven para cuestionar el poder, la religión y los excesos de la cultura contemporánea. Abre al público el 13 de septiembre.

 

Living Space 


Es una exposición que articula un poderoso discurso visual sobre el legado del colonialismo, la violencia histórica y la búsqueda contemporánea de libertad. Justyna Kisielewicz crea un universo pictórico exuberante, cargado de color y simbolismo, donde lo ornamental y lo alegórico conviven para cuestionar las narrativas dominantes que han definido la historia global. A través de escenas densamente pobladas por animales icónicos, vegetación tropical, elementos humorísticos y figuras enmascaradas vestidas con lujo, la artista construye una crítica sofisticada a los discursos patriarcales y coloniales que han moldeado nuestra comprensión del “otro”. 


En esta muestra, el concepto de Lebensraum, cargado de referencias a la ideología expansionista nazi, es recontextualizado para hablar de memoria, desplazamiento y recuperación. Lejos de reproducir una lógica de conquista, Kisielewicz transforma el arte en un acto de reivindicación personal y colectiva, invitando al espectador a examinar, con mirada crítica, las estructuras históricas que aún atraviesan nuestro presente.

 


Justyna Kisielewicz (Varsovia, 1983) es una artista que ha desafiado fronteras tanto físicas como simbólicas. Formada en pintura y artes textiles en la Academia de Bellas Artes de Varsovia, y en Ciencias Políticas en la Universidad de Varsovia, Kisielewicz dejó su país en 2015 para instalarse en Estados Unidos, donde hoy desarrolla su carrera desde Miami. Su traslado, más que una simple migración, se convierte en una metáfora de conquista simbólica: una artista del Este Europeo en busca de libertad creativa en el corazón del capitalismo visual.



Originaria de un país influenciado y oprimido por potencias coloniales y vecinas como Rusia, Alemania y Austria, ha creado un cuerpo de trabajo que utiliza el color y la imagen como formas de resistencia contra las restricciones del régimen comunista soviético en el que creció. En contraste con la apariencia austera y pragmática de esa época, su obra se inspira en hechos históricos y adopta el estilo camp, que juega con el exceso y la exageración de manera deliberada para mostrar ficciones provenientes de un pasado y un presente de exclusión y dominación.

Obras tridimensionales de Justyna Kisielewicz en su exposición What’s Mine, What’s Yours, que combinan óleo, bordado y crítica a la cultura contemporánea.


A través de colores vibrantes y detalles ornamentales, su trabajo se desarrolla principalmente entre el tejido, el dibujo y la pintura. Estas técnicas constituyen la base sobre la cual construye un universo visual de referencias reconocibles que se transforman en algo inesperado y provocador, haciendo que su obra sea difícil de situar en un contexto específico.

Consciente del colonialismo como un hecho histórico colectivo que puede mutar, reproducirse y adaptarse a diferentes escenarios, Kisielewicz integra la apropiación como una característica fundamental de su trabajo. Sus pinturas cuestionan las normas establecidas y resaltan la superficialidad y los excesos de la cultura contemporánea. 

Obras tridimensionales de Justyna Kisielewicz en su exposición What’s Mine, What’s Yours, que combinan óleo, bordado y crítica a la cultura contemporánea.


Kisielewicz no teme tocar temas espinosos como la fe, la libertad sexual o el colapso ambiental. De hecho, uno de los hilos conductores de su práctica es justamente el rechazo a los tabúes heredados de haber crecido en un contexto comunista y católico, donde la expresión del deseo era condenada y la crítica al poder, suprimida. En su declaración artística más reciente, la artista subraya cómo el color fue su refugio ante la grisura brutalista de su infancia, y cómo su obra busca hoy abrir un “espacio vivo” donde se dialogue desde la diferencia, sin jerarquizar el dolor ni idealizar una historia.

A través de un sofisticado dominio técnico y una ironía afilada, Justyna Kisielewicz construye una obra que es tanto espejo como crítica de nuestro tiempo. la pregunta no es solo qué nos pertenece o qué nos divide, sino también qué compartimos como sociedades marcadas por la historia, el consumo y la necesidad de imaginar otros futuros posibles.

  • Curaduría por Veronica Pesantes Vallejo
  • La Cometa, Miami / 1015 NW 23rd St unit 2, Miami, FL 33127