Jim Amaral
A lo largo de su carrera Jim Amaral ha explorado diversos caminos y técnicas en el desarrollo de su proceso creativo, lo que ha derivado en una obra que resulta inclasificable entre las tendencias prevalecientes del arte nacional y latinoamericano. Su obra se caracteriza por la originalidad, la independencia del contexto geográfico, el dominio técnico y la insistencia en profundizar en el desarrollo de una misteriosa iconografía de las expresiones del inconsciente, creada a partir de pulsiones internas y de preocupaciones existenciales más íntimas. Sus piezas expresan una inquietud por develar el misterio del ser humano: una mezcla entre lo terrenal y lo divino, una necesidad de protección y defensa, una búsqueda de identidad que linda entre lo masculino y lo femenino.
Si bien su obra cuenta con una adaptación local de movimientos internacionales como la abstracción y el expresionismo, Amaral se ha mantenido al margen de las vanguardias al aplicar técnicas que ha modificado y adaptado para sus propios fines estéticos. De esta manera ha logrado conseguir un lenguaje propio y un universo poético, caracterizado por su extraordinario talento artesanal y su gusto por los materiales. Su carácter perfeccionista se refleja en su trabajo como orfebre: Amaral construye pequeñas piezas en bronce en las que mezcla objetos antiguos con elementos modernos que él mismo incorpora. Como escultor presenta cuerpos desproporcionados que a la vez reflejan belleza y una sorprendente sensibilidad estética. Como dibujante y pintor ha desarrollado con libertad el concepto del erotismo, lo masculino y lo femenino, y ha actualizado su postura en la liberación de la sexualidad de los confines de lo convencional, de los tropos tradicionales y de las definiciones del pasado.
A medida que Amaral envejece parece que trabaja más fuertemente, con más alegría y confianza. La coexistencia de su temprano trabajo figurativo con obras abstractas se entiende al considerar que figuración y abstracción son, para el artista, las dos caras de una misma moneda que corresponden con el pensamiento y las sensaciones. Al respecto, Amaral afirmó: “Me inclino hacia el figurativismo, pero creo mucho en ambos valores. No puedo decir que el uno vale más que el otro, pues cada uno tiene sus bases artísticas, muy sólidas”*.