Adam Goldstein
Las obras de Adam Goldstein trascienden lo meramente visual al encapsular lo infinito dentro de lo finito. Inspirado en las corrientes más puras de la abstracción del siglo XX, trabaja con la luz y el color, elementos que moldean la dimensión etérea de lo abstracto y actúan como capas dinámicas de materia que fusionan la misteriosa profundidad con la evidente superficie. Goldstein utiliza el color como un intermediario entre estas capas complejas, revelando, en diálogo con la luz cambiante, un instante poético accesible para el espectador.
Goldstein se especializa en el óleo, empleando una técnica única que le permite experimentar aleatoriamente en busca de la supremacía de lo plano. Su enfoque armoniza la saturación de la paleta que usa, transformándola en un cuerpo ligero que oscila entre ondas de luz. La superposición de capas, la sutil borradura de trazos y la indeterminación entre colores generan puntos de umbral, creando la ilusión de una pintura invisible y una experiencia sensorial inmaterial que guía al espectador con cuidado.
El trabajo rítmico con el que el artista aplica y distribuye las densas capas de pintura sobre el lienzo confiere a cada obra la calidad de una danza que se desplaza de un lado a otro de la superficie. En este baile de luz y color, la mirada del espectador atraviesa la dimensión material y se conecta con lo intangible.
“El color juega un papel muy interesante en el cerebro, conectando la parte racional y analítica con la emotiva. Cuando hay un equilibrio entre la comunicación racional de cómo están distribuidos estos elementos en la pintura, se refleja en nuestra parte emotiva, contemplativa y meditativa. Son pinturas que no revelan su intención de manera directa o principal. Creo que uno tiene que sentarse, observar y ver lo que sucede en ellas.”