Adrián Gaitán
El cuerpo de trabajo de Adrián Gaitán se enfoca en la deconstrucción y revisión de los símbolos asociados con la alta cultura, las imágenes más representativas de la historia del arte occidental y los referentes estéticos importados desde Europa hacia Latinoamérica.
La materialidad de sus obras es esencial para comprender su trabajo, pues a través de ella hay una crítica sobre la trivialidad de los objetos que poseen los más privilegiados y la fragilidad de los conceptos e imágenes que asociamos con el arte y la cultura. Materiales pobres, reciclados y abyectos como la tierra, el cartón, el aceite de motor, el plástico usado, la madera, colchones, entre otros, denotan el interés de Gaitán por la capacidad que tienen éstos para hacer que cualquier concepto, aparentemente rígido, entre en tensión.
Adrián Gaitán nos comparte su visión con la que, bajo un análisis atento, realizamos lecturas más complejas que cuestionan la manera en la que establecemos los criterios de valor sobre las cosas. Con frecuencia, las imágenes que usa, así como su reflexión, ocurren alrededor del espacio doméstico. Repetidamente en sus esculturas aparecen elementos mobiliarios como pianos de cola, alfombras persas y candelabros construidos con materiales recolectados de las calles y transformados para analizar la noción del “buen gusto”.
Gaitán le confiere entidad al potencial simbólico de elementos asociados a la “baja cultura” y logra que la imagen también funcione como un objeto devocional y una crítica hacia lo aspiracional, pues cuestiona los valores que conforman el culto moderno al materialismo.
“Conocí a Marcel Duchamp y ese fue el punto de quiebre. Después al Dadaísmo, al Surrealismo, esa acumulación de materiales reales que han tenido un uso y a los que se les otorga otra simbología y otra carga. Esto me gustó porque yo también era un reciclador, pero más intuitivo, pues me enfoco en algo más funcional: la función entre la cultura con los objetos populares, casi en desuso o pasados de moda”.