Alejandro Sánchez: La memoria como materia, el artificio como crítica
11 de julio 2025

El artista colombiano Alejandro Sánchez Suárez ha sido seleccionado como artista invitado en la XII edición de la exposición internacional Stills of Peace and Everyday Life, que este año se celebra en Atri, Italia, del 5 de julio al 7 de septiembre de 2025. Su participación se enmarca dentro de la muestra colectiva Global Future, que tendrá lugar en las históricas Cisternas y Salas del Palazzo Acquaviva, bajo la curaduría de Giovanna Dello Iacono y Francesco Paia.
Pintura como narrativa política
Alejandro Sánchez (Bogotá, 1981) desarrolla gran parte de su producción a través de la pintura, entendida no como un ejercicio técnico, sino como una herramienta crítica y conceptual. En sus obras, el lienzo se convierte en un espacio donde se cruzan el neoliberalismo, las tensiones sociales, la desigualdad económica y la memoria colectiva de América Latina.
El trabajo de Sánchez se distingue por su capacidad de generar capas de significado sin abandonar la claridad formal. El espectador se enfrenta a materiales que evidencian la precariedad, pero también a estructuras que remiten al poder. En esa dualidad entre lo frágil y lo simbólico, el artista propone una lectura aguda sobre las promesas del desarrollo, las dinámicas de consumo y el impacto de las multinacionales en el paisaje social y económico del continente.
En la obra de Alejandro Sánchez, la estética del hogar y la memoria personal se entrelazan con una aguda reflexión sobre los discursos del poder, el consumo y la historia. Su práctica artística, que se mueve entre la escultura, la instalación y la pintura expandida, despliega una poética visual cargada de ironía y nostalgia, donde el ornamento se convierte en una herramienta crítica y el artificio, en una vía para desentrañar los mecanismos de representación de la modernidad.
En su serie más reciente, Dialéctica decorativa, Sánchez construye estructuras modulares que remiten a antiguos muebles domésticos —esos que albergaban figurillas de porcelana heredadas, réplicas kitsch de arquetipos culturales que aspiraban a un ideal de estatus. Estas piezas, encapsuladas en bloques de resina y metal, flotan entre lo evocador y lo congelado, cuestionando tanto su valor simbólico como su inserción en un relato afectivo colectivo. El artista, al reducir esas formas al mínimo de su silueta, las transforma en vestigios arqueológicos contemporáneos: fetiches atrapados en la frialdad de un material industrial que impone distancia, aislamiento y sospecha.
Por otro lado, en el proyecto Fantasmagoría, Sánchez aborda con incisiva lucidez el uso del color como un dispositivo de dominación. A través de la tartrazina —un pigmento sintético de uso masivo en la industria alimentaria— crea pinturas sobre servilletas que simulan fotografías de la Bogotá de mediados del siglo XX. A primera vista, las imágenes parecen registros nostálgicos del progreso urbano, pero al acercarse se revela una textura montañosa repetitiva, como un patrón que suplanta el paisaje real. Esta operación visual denuncia la colonización simbólica y material de los territorios por parte de las corporaciones globales, haciendo del color un agente de ilusión y manipulación perceptiva.
Ambas series evidencian la capacidad de Alejandro Sánchez para convertir lo cotidiano en un campo de batalla semiótico. Su obra no sólo revive objetos y memorias, sino que los descompone en sus capas ideológicas y materiales, exponiendo sus contradicciones y posibles lecturas. Entre el brillo del oro simbólico y la toxicidad del polímero moderno, entre la ternura del recuerdo familiar y la crítica al sistema, Sánchez articula una poética de las “im-purezas” —como él mismo sugiere— que se convierte en una herramienta potente para repensar las formas en que habitamos, recordamos y consumimos.
De Bogotá al Palazzo Acquaviva
En el majestuoso entorno de los salones y cisternas del Palazzo Acquaviva en Atri, Italia, se lleva a cabo la 12.ª edición de GLOBAL FUTURE, una exposición internacional comisariada por Giovanna Dello Lacono y Maria Letizia Paiato. Este proyecto reúne a siete artistas italianos y cinco colombianos bajo el concepto del arte como un “nuevo alfabeto de relaciones”, con el objetivo de fomentar un diálogo entre culturas a través de obras que conectan el presente con la memoria del pasado y la visión de un futuro compartido.
Entre los artistas invitados se encuentra el colombiano Alejandro Sánchez Suárez, reconocido por su enfoque crítico y provocador frente a problemáticas sociales, ambientales y económicas. Su obra, marcada por una estética irónica y una combinación diversa de materiales, explora la fragilidad humana desde una mirada reflexiva y aguda. Sánchez Suárez aporta a la muestra una voz singular que invita a cuestionar lo establecido y a imaginar posibilidades distintas. Su participación en GLOBAL FUTURE destaca el compromiso del arte latinoamericano con los grandes desafíos contemporáneos.
Nuevas lecturas del paisaje
Con una propuesta pictórica que dialoga desde lo simbólico y lo sensible con los retos del futuro global. Su trabajo se inscribe en un conjunto de obras que exploran la relación entre el ser humano y su entorno, abordando temáticas como el tiempo, la tensión entre naturaleza y tecnología, y la complejidad de lo urbano. Dentro de esta narrativa colectiva, Sánchez Suárez aporta una visión introspectiva y poética que, entre lo abstracto y lo figurativo, reflexiona sobre la fragilidad del paisaje contemporáneo y la necesidad urgente de imaginar nuevas formas de coexistencia.