El trabajo de Alberto Lezaca ha estado marcado por un fuerte interés en crear vínculos con prácticas artísticas más allá de las artes plásticas, por este motivo es común encontrar en su trabajo referencias arquitectónicas, literarias, cinematográficas o musicales.
El proyecto "I am sitting in a room" toma su nombre de la obra creada por el músico norteamericano Alvin Lucier en 1969. En esta obra, Lucier graba un texto corto con su voz, el cual es reproducido y grabado una y otra vez por un lapso de tiempo de aproximadamente 45 minutos, durante este proceso la voz del músico es modificada y alterada a través de la suma de resonancias producidas por la acústica del espacio en donde Lucier realiza la obra. Logrando así, suavizar cualquier irregularidad en su discurso, tal vez buscando liberar las palabras de algún significado y llevando al lenguaje a un estado de pureza sonora.
Al igual que Lucier, Lezaca propone un espacio mental en el que altera y modifica su voz pero esta vez mediante sus pinturas y esculturas. Creando una serie de espacios en los que el sonido se convierte en un elemento especulativo, buscando expandir la experiencia del espectador. Algunos títulos en la exposición como Kirk toca para las bestias, Tape recorder o ¿Qué es la música concreta? proponen una lectura sonora desde el silencio de la imagen. El sonido deja de ser una experiencia auditiva para volverse una experiencia mental.