Gustavo Pérez Mónzon
Gustavo Pérez Monzón pertenece a una generación de artistas que transformaron conceptual y formalmente las artes visuales en Cuba durante las últimas décadas del siglo XX. A esta generación se le atribuye un carácter disruptivo por la experimentación con nuevos temas, materiales y prácticas y el desarrollo de cambios conceptuales en el contenido de sus trabajos. El motor de su práctica artística era la innovación. Su participación en la exposición colectiva Volumen I en 1981, en el Centro de Arte Internacional de la Habana, fue una ruptura con el arte producido hasta entonces en la isla y una declaración de su interés por la abstracción geométrica.
Pérez Monzón trabaja sobre soportes frágiles, sutiles y honestos. La mayoría de su obra está realizada sobre papel y cartulina. A su vez, sus instalaciones de hilos suspendidos se conectan en una disposición casi científica a los misterios que esconden los números, y sus tapices que encuentran conceptos filosóficos y esotéricos gracias al acto repetitivo y sofisticado del tejido.
Monzón nos habla de manera críptica sobre el conjunto de fuerzas y relaciones que rigen las conexiones humanas que, a través de su obra, surgen en el reflejo de una especie de metafísica de la línea y el espacio. Su uso del símbolo como lenguaje y síntesis del pensamiento complejo, de la matemática y la geometría como manifestaciones del ordenamiento del caos natural, y el tarot como alfabeto místico, establece vínculos entre el destino y la intuición. En consecuencia, su trabajo abre el mundo a nuevos límites y direcciones de la abstracción.
“Me veo como siempre: intentando integrar lo que pasa y esperando encontrar su significado”