Juan Cárdenas Tradición, crítica y legado en el arte colombiano
3 de septiembre 2025

El artista colombiano Juan Cárdenas Arroyo (Popayán, 1939 – Bogotá, 2024) fue uno de los creadores más rigurosos y complejos de la segunda mitad del siglo XX en Colombia. Con más de seis décadas de trayectoria, se consolidó como un referente en la pintura figurativa y abstracta, en el dibujo y en la caricatura política, dejando una huella imborrable en la cultura nacional. Su obra, que dialoga entre tradición e innovación, se convirtió en un archivo vivo sobre las tensiones entre poder, historia, cuerpo y memoria.
Una despedida en clave expositiva
Su última exposición, Juan Cárdenas: pinturas y dibujos, presentada en 2024 en Galería La Cometa, fue un homenaje en vida. La muestra reunió piezas producidas en la última década y ofreció una mirada a la madurez de su lenguaje plástico. En ellas, el artista exploraba cómo la historia del arte, la investigación científica y la pregunta por la imagen podían coexistir en una misma superficie. Este proyecto permitió releer a Cárdenas como un creador que, lejos de repetirse, seguía abriendo preguntas sobre la función del arte en un mundo convulsionado.
Formación y primeros años
Nacido en Popayán, Cárdenas estudió Bellas Artes en la Rhode Island School of Design, en Estados Unidos, donde obtuvo su grado en 1962. Esa formación académica, unida a una insaciable curiosidad, le permitió desarrollar un dominio técnico excepcional en dibujo y pintura. Al regresar a Colombia en los años sesenta, ejerció como caricaturista político en la prensa nacional, enfrentándose a los poderes de turno con un trazo agudo y crítico. Entre 1969 y 1972, fue profesor de pintura y anatomía en la Universidad de los Andes, guiando a nuevas generaciones de artistas. En 1974, recibió el Premio Nacional de Pintura con un autorretrato que evidenciaba el lugar central que tendría la autorrepresentación en su obra.
Entre tradición y experimentación visual
El núcleo de la obra de Cárdenas puede entenderse como una tensión entre figuración y abstracción. Para él, la pintura y el dibujo eran medios para reflexionar sobre los dilemas humanos: el poder, la guerra, el amor, la soledad, la corrupción, la belleza, la muerte. Como él mismo escribió, estas técnicas milenarias seguían ofreciendo “las más amplias posibilidades para comentar el extraño fenómeno de la existencia”.
En su producción aparecen motivos recurrentes: personajes históricos, escenas de la historia nacional, arquitecturas abstractas, interiores de taller y autorretratos. Estos temas no eran simples ejercicios formales, sino exploraciones sobre la identidad, la memoria y la fragilidad del ser. La influencia de los maestros del Siglo de Oro español, con su atención al claroscuro y a la teatralidad, fue decisiva en su pintura, al igual que la incorporación de personajes de la mitología clásica y figuras de la política colombiana. De este modo, su obra enlazaba pasado y presente, cuestionando tanto la tradición artística como los discursos de poder.
Sus cuerpos pintados y dibujados parecen multiplicarse o disolverse en el espacio, generando una experiencia entre lo real y lo onírico. Esta dimensión le otorgó un carácter filosófico a su trabajo, donde la imagen no era solo representación, sino también pregunta por la condición humana.
Del humor gráfico a lo público
La faceta de caricaturista fue fundamental en los primeros años de su carrera. Sus dibujos, cargados de ironía, pusieron en evidencia las tensiones sociales y políticas del país. Esa mirada crítica lo convirtió en un artista incómodo para algunos sectores y en una voz respetada para quienes valoraban el poder del arte como resistencia.
En los años noventa, su presencia en lo público se amplió con el diseño de la moneda nacional. Fue el autor de los billetes de 5.000 pesos, dedicados a José Asunción Silva, y de los de 20.000 pesos, con la figura del astrónomo Julio Garavito. Así, trasladó su sensibilidad artística a objetos cotidianos que circularon masivamente, integrando el arte a la vida diaria de millones de colombianos.
Exposiciones y reconocimientos
A lo largo de su trayectoria, Cárdenas participó en numerosas exposiciones en museos y galerías nacionales e internacionales. Su primera muestra individual se realizó en 1973 en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, marcando el inicio de un recorrido expositivo que consolidó su figura en el arte contemporáneo. Sus proyectos posteriores mostraron una evolución constante, en la que combinaba rigor técnico y apertura experimental.
En reconocimiento a su aporte cultural, recibió múltiples distinciones. Entre ellas destaca la Orden de Boyacá en grado de Caballero, otorgada en 2022 por el Estado colombiano. Este galardón resumía la importancia de su legado en la construcción de un pensamiento crítico desde el arte.
Un legado abierto
El legado artístico de Juan Cárdenas no se limita a sus pinturas y dibujos, sino que incluye su papel como docente, caricaturista y creador de símbolos de circulación masiva. Su obra nos recuerda que la verdad en el arte es una forma de resistencia, una manera de interrogar lo establecido y de imaginar otros mundos posibles.
Hoy, sus lienzos y papeles se leen como un archivo vivo de la cultura colombiana, en el que conviven la tradición del arte occidental, las obsesiones de un creador contemporáneo y la memoria crítica de un país. Juan Cárdenas nos deja la certeza de que el arte, en sus formas más exigentes, es también una manera de pensar la vida.